Un antiguo Presidente de Chile decía que hay dos tipos de problemas: los que se solucionan solos y los que no tienen solución. El tema del índice y la Federación pareciera ser de este último tipo. Para hacer frente a la situación que describió Sombryson hace unos días sobre el índice de los jugadores que juegan abiertos y los altos scores que registran, la Federación de Golf ha implementado un mecanismo que resulta desproporcionado y un verdadero despropósito.

Si un jugador no pasa el corte de un abierto y hace más de 10 palos de promedio por encima de su hándicap, es sancionado con una suspensión de un abierto. Si lo hace por segunda vez, se le suspende por dos abiertos más. Y si lo hace por tercera vez, se le suspende por 4 abiertos.

En primer lugar, esta sanción es desproporcionada porque jugar mal no es una falta ética, como para que te den un castigo de esta naturaleza.

Si un jugador hace muchos palos, podría parecer razonable que quede “suspendido” para el siguiente campeonato, pero ello no debiera ser una sanción al jugador por jugar mal, sino un ajuste al mecanismo de clasificación al siguiente abierto. Es decir, esta suspensión debiese aplicarse no como castigo al jugador que hizo muchos palos, sino como una especie de beneficio a otros jugadores que tengan un índice más alto pero que no hayan registrado scores altos en campeonatos.

De este modo, por ejemplo, si no hay jugadores en lista de espera a quienes un jugador “suspendido” esté dejando fuera, no tiene sentido la sanción, ya que se estaría sancionando a un jugador por jugar mal, igual como se sanciona a los jugadores tramposos.

Además, este mecanismo es un despropósito porque no ataca el tema de fondo: el sistema de cálculo del índice.

Todos sabemos que hay jugadores que tienen un índice que no refleja el score que hacen ni que son capaces de hacer en un abierto. Pero para eso hay otras formas de corrección, diferentes y más eficientes que la que está aplicando la Federación.

En efecto, si alguien juega mal un campeonato, más que ser sancionado con una suspensión para futuros campeonatos, el índice del jugador debiera ser ajustado de manera inmediata conforme al resultado del último campeonato.

Pero esto no pasa hoy en día porque el sistema de cálculo del hándicap considera las mejores 8 vueltas de las últimas 20. Entonces, salvo que uno tenga 20 vueltas malas de campeonato (muy improbable en la práctica), esas malas vueltas nunca van a entrar en la ecuación para el cálculo de tu índice.

Por ello, la Federación debiera modificar su sistema de cálculo de índice, de modo que toda vuelta de campeonato vaya “directo a la vena” del índice de todo jugador, independiente de si está o no dentro de las 8 mejores vueltas.

En segundo lugar, la Federación debiera mejorar el sistema de ingreso a campeonatos, privilegiando el ranking nacional.

En efecto, la Federación maneja un ranking, pero no lo usa para su fin evidente y obvio: el ingreso a los campeonatos. El field de un campeonato se debiera completar en base al ranking, como criterio principal. ¿Se imaginan que para los majors no se usara el ranking mundial para determinar qué jugadores pueden jugar?

Asimismo, la Federación debiera crear un sistema de índices que distinga entre aquellos jugadores con y sin “índice de campeonato”.

Para ello, se podría considerar que tienen “índice de campeonato” los jugadores que tengan, a lo menos, 3 vueltas de campeonato dentro de sus últimas 20 vueltas. Y los jugadores que no tengan “índice de campeonato” debieran quedar en un segundo orden de prioridad a los abiertos.

Finalmente, el mecanismo de ingreso de scores que no sean de campeonato debiera requerir de la confirmación de un testigo del jugador. De lo contrario, tales scores no debieran ser considerados. Con eso, se resuelven los scores oportunistas, como por ejemplo el 68 de un jugador que no hace ese score ni en 15 hoyos, pero que lo ingresa online dos días antes del cierre de inscripciones de un abierto para ajustar su índice y así poder entrar a un campeonato (jugador que, además, no ha sido sancionado por la Federación).

Con estas medidas, creo que se corregiría el famoso problema del índice los jugadores, pero sin afectar la participación de los jugadores en torneos federados. En efecto, con este sistema de la Federación para entrar a un abierto relevante se le hace más fácil a un jugador que no juega campeonatos y que tiene un índice de “fin de semana”, que a un jugador que juega campeonatos regularmente, pero que justo la semana anterior jugó mal dos días.

Vamos con un caso concreto (cualquier similitud con la realidad es solo coincidencia): un razonable jugador local, rankeado dentro de los 60 del ranking nacional, jugó mal en el Abierto de Marbella y la Federación lo suspendió, dejándolo fuera del Abierto de Las Rocas de Santo Domingo (no sé si existe un castigo peor!).

Bajo el sistema actual de la Federación, este jugador quedó suspendido a pesar de que no hubo lista de espera en ese campeonato. Tampoco se le permitió usar la impopular wild card. Es decir, la inscripción de este jugador en el Abierto de Las Rocas no dejaba a ningún otro jugador fuera del torneo, pero se le suspendió igual y a todo evento.

Además, con el mecanismo de la Federación el índice de este jugador no se vio afectado ni un centímetro con las espantosas vueltas que metió en Marbella.

En cambio, con los ajustes propuestos en esta columna, el índice de este jugador debería haber subido considerablemente. Y si esa subida de índice lo deja fuera del siguiente abierto, que así sea. Pero si alcanza a entrar al abierto, ¿por qué impedirle participar?

En fin, el tema del índice y el sistema de ingreso a campeonatos es un tema complejo, y la Federación está tratando de resolverlo, pero con medidas que pueden resultar desproporcionadas o que no atacan el tema de fondo.

Querida Federación de Golf: sancione a los tramposos, no a los malos. Para estos últimos, mejor enfóquese en ajustar el sistema de cálculo del índice.

@Sudamericangolfer